Cuando uno escucha el término imagen corporativa piensa en algo lejano y frío, pero en realidad suele representar el primer contacto visual que tenemos con una empresa o marca a la hora de buscar determinado producto o servicio. Qué tan «fría» o «cálida» es la sensación que nos produzca ese contacto dependerá de las particularidades de la cultura en que vivimos, de nuestra personalidad y de cómo esté diseñada esa imagen que captamos.
¿Qué es una imagen corporativa?
Si buscamos una definición, la imagen corporativa es el conjunto de elementos que integran la identidad visual de una empresa.
Es lo que la diferencia visualmente de otras, haciéndola única e identificable con ciertos valores y sensaciones para quien la ve.
Como elementos primarios están el logotipo, los colores y la tipografía; pero también son parte de esta imagen todos los elementos que están en contacto con los usuarios o clientes de una marca, como ser los vehículos, papelería, facturas y recibos, la cartelería, y la lista podría llegar a ser muy larga.
¿Puede un logo, un sobre, o una hoja hablar de una compañía?
Por supuesto. La elección de un color para la empresa, un tipo de letra o incluso un material para la impresión de las hojas, pueden ayudar a transmitir el espíritu y los valores de una compañía.
Nadie diría que los logotipos de Coca-Cola y Pepsi transmiten las mismas sensaciones.
A modo de ejemplo, una compañía dedicada a temas ambientales, seguramente elija el color verde para su imagen, porque es el color que más se asocia con la naturaleza. Incluso sería recomendable que imprima toda su papelería en papel reciclado para reforzar la asociación en dichos y hechos (no sólo hay que ser, sino también parecer).
Si bien este puede ser un ejemplo muy obvio, sirve para graficar la relación entre los elementos que componen la imagen y el espíritu de una empresa. Las combinaciones pueden ser muchas: por eso es fundamental tener claro qué es lo que la empresa quiere transmitir con su imagen corporativa.
Los colores son una poderosa forma de comunicación no verbal
Los colores son una herramienta clave para los diseñadores, que permite potenciar la comunicación de las marcas a través de la imagen corporativa. Nuestras mentes están programadas para responder al color y decodi?camos rápido mensajes basados en ellos: detenemos el auto ante la luz roja y seguimos con la verde, y en la naturaleza también los colores nos alientan o previenen de tocar o comer alguna planta o animal. A continuación, algunos de los significados que hay detrás de cada uno de los colores.
Rojo
El rojo es un color intenso. Puede evocar emociones conflictivas que van desde la sangre y la guerra hasta el amor y la pasión. Usualmente es utilizado en el diseño de logos como una manera para llamar la atención del observador y se conoce que puede llegar a incrementar la presión sanguínea o provocar hambre.
Amarillo
El color amarillo, como el rojo, puede llegar a generar mensajes con?ictivos. Representa la luz del sol y la felicidad, pero también precaución y cobardía. El amarillo es luminoso y muy visible, razón por la cual puede ser encontrado generalmente en avisos de precaución y otras señales de tránsito. Es utilizado muchas veces en el diseño de logotipos para captar atención, crear felicidad y calidez.
Verde
El color verde representa vida y renovación. Es un color tranquilo y relajante, pero también puede representar envidia e inexperiencia. Puede ser encontrado comúnmente en compañías que se quieren retratar a sí mismas como pro-ecología.
Azul
Aunque el color azul calma, pero también puede suscitar imágenes de autoridad, éxito y seguridad. La mayoría de las personas puede decir que les gusta al menos un tono de azul. Es probablemente el color más popular en el diseño de logos y puede ser visto de manera extensa en sectores gubernamentales, en medicina y en grandes corporaciones. En nuestro país este color y el amarillo se asocian a los elementos patrios.
La identidad visual no lo es todo
Si bien el cuidado por lo visual es casi siempre la prioridad, debemos recordar que la experiencia del cliente (en un sentido amplio, ya que también aplica a beneficiarios de servicios gubernamentales, entre otros) no se limita a lo visual.
Muchas marcas utilizan estilos de iluminación, fragancias y hasta olores a café o pan para ser envolver en un aura única a sus clientes al ingresar en sus locales comerciales, o para predisponerlos a determinados comportamientos deseados. ¡Los caminos y las opciones son infinitas a la hora de encarar el desarrollo de una imagen de marca si partimos de la premisa de que todo comunica!
Resumiendo, en la actualidad las empresas dedican mucho tiempo y dinero al cuidado de su imagen corporativa, entendiendo que esto las ayuda a mejorar su relación con los clientes y diferenciarse de su competencia para, en definitiva, sobrevivir.