Quienes diseñamos y programamos para la Web consideramos esencial asegurarnos que nuestras creaciones se vean y funcionen bien, sin importar de qué sistema operativo o navegador web disponen nuestros usuarios. Esto se da porque aunque muchos de nuestros clientes no lo notan, las cosas pueden variar bastante dependiendo del lente con el que se miren: sistemas web gubernamentales que funcionan sólo con Windows o Internet Explorer y no con Linux y Firefox, por ejemplo.
A continuación mostramos dos pruebas sencillas que demuestran por qué nuestro trabajo de validación está tornándose aún más importante que antes.
Prueba 1
Comparativa de navegadores web usados en mayo de 2007 y 2009 (según Net Applications).
Mayo de 2007 | Mayo de 2009 | Variación | ||
---|---|---|---|---|
MS Internet Explorer | 78,9% | MS Internet Explorer | 65,5% | -17% |
Mozilla Firefox | 14,6% | Mozilla Firefox | 22,5% | +54% |
Apple Safari | 4,8% | Apple Safari | 8,4% | +75% |
Netscape Navigator | 0,9% | Google Chrome | 1,8% | n/a |
Prueba 2
Microsoft está lanzando nuevas versiones de su navegador Internet Explorer con una velocidad similar a la que tenía cuando aún no dominaba el mercado.
Versión | Lanzamiento | Tiempo |
---|---|---|
IE1 | Agosto 1995 | |
IE2 | Noviembre 1995 | 2 meses |
IE3 | Agosto 1996 | 8 meses |
IE4 | Setiembre 1997 | 12 meses |
IE5 | Marzo 1999 | 13 meses |
IE6 | Agosto 2001 | 28 meses |
IE7 | Octubre 2006 | 61 meses |
IE8 | Marzo 2009 | 28 meses |
El contralor depende de nuestra ética y de nuestros clientes
Muchos de quienes realizamos sistemas web nos comprometemos a asegurar la mejor experiencia de uso para nuestros clientes y para los clientes de nuestros clientes, pero muchos otros no, tanto por inexperiencia como por motivos puramente económicos (la validación y las correcciones necesarias suelen insumir bastantes más horas de lo que se piensa).
Por ello, buena parte de la responsabilidad de contralor seguirá siempre en manos de los clientes mismos, que deben demandar estos servicios a quienes contraten. Como dice un proverbio ruso: «Reza, pero no dejes de remar hacia la orilla.»